Carlos
se apoyo en la bocina del timón de su automóvil una vez más un bocinazo largo
que expresaba su enojo. Ya había esperado diez minutos ¿En donde estaba?
Mariana
sabia lo nervioso que el estaba esa mañana, su primer domingo como maestro de
los jóvenes internacionales de la escuela dominical. ¡Hasta le había pedido a
ella y a los niños que estuvieran listos a tiempo! Finalmente salió, abrió la
puerta del carro y ayudo al más pequeño a entrar.
¡No
puedo creerlo! le grito Carlos a su hija de seis años quien se encogió en su
asiento de atrás, ¡les dije que estuvieran listos temprano! ¡Tengo que poner
sillas y preparar el material!
Mariana
hizo un débil intento por disculparse, mientras salían de su garaje y se
dirigían a la Iglesia a alta velocidad. Pero Carlos siguió protestando sin
ninguna consideración por los sentimientos de su familia… hasta que una voz muy
dentro de si le decía. Tienes un estado mental para enseñar del amor y la
paciencia de Dios ¿o no? El reconoció la voz inmediatamente. Hablaba suavemente
en medio de la tormenta de enojo que tenia; siempre le daba en el mero centro
del asunto. No podía discutir: Carlos sabía que la voz tenía la razón volteo a
ver a su esposa. Hacia tan solo unos segundos se sentía tan enojado que hasta
la había visto como a un enemigo. Ahora mientras ella miraba tristemente a
través de la ventana las casas que pasaban, la veía como la mujer que el amaba.
El la había herido profundamente con su
explosión de ira. Cariño, le dijo al
tomar su mano, te debo una disculpa. Por el resto del trayecto hablaron
calladamente, cerrando heridas, corrigiendo errores, y restaurando su
comunicación.
Carlos
había caído en la antigua práctica del hombre carnal, como todos lo hacemos a
veces. Estaba tan ocupado en su problema que por un momento olvido quien debía
estar en el trono de su vida. El ceder a nuestro ego es casi automático cuando
olvidamos creer en las promesas de la Palabra de Dios 1 Jn 1:9 y en las
provisiones dadas para nuestras vidas diarias. Olvidamos 1 Corintios 10:13 que
dice:
“No
os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios que no
os dejara ser tentados mas de lo que podéis resistir, si no que dará también
juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”
Pablo
dice en Ro.14:23b, “Todo lo que no proviene de fe es pecado” no es nuestro
pecado en si lo que nos regresa a nuestro estado carnal; es lo que decidimos
hacer con ese pecado. Si dejamos de respirar espiritualmente, y permitimos que
nuestro pecado nos separe de Dios y/o de la fe que tenemos en su poder sobre
nuestras vidas, nuestra última alternativa es vivir como cristianos carnales.
Por otro lado, si decidimos respirar espiritualmente, exhalando al confesar
nuestro pecado a Dios momento a momento e inhalando profundamente su perdón y
restauración continuaremos siendo controlados por El y viviendo vidas
victoriosas.
Al
llevar a su familia a la Iglesia ese domingo por la mañana, Carlos “exhalo”
cuando confesó su pecado a Dios y a su familia. Luego “inhalo” frescamente la
plenitud del Espíritu, abriendo su corazón de nuevo al poder Divino de
restauración, al arreglar las cosas con su esposa. Cuando por fin se paro
enfrente de esos muchachos de la clase de la escuela dominical, estaba listo
para hablarles con convicción del Amor incondicional de Dios para nosotros, sus
hijos redimidos. Los muchachos sintieron la humildad y honestidad con la que su
maestro los acercaba a su Salvador, y antes de que terminara la clase, tres de
los chicos le habían dado sus corazones a Dios. El Señor se glorifica a si
mismo, a través de la vida de sus hijos.
Al
“exhalar” e “inhalar” espiritualmente, usted notara la diferencia en su vida.
Se sentirá equipado espiritualmente, y estará consciente de la nueva libertad y
poder que tendrá al testificar.
Cuando
el pecado penetre, no deje que se apodere de Usted. Simplemente continúe
teniendo cuentas cortas con Dios, y no deje que el pecado se acumule.
San
Juan escribe, “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis, y si
alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el
justo” (I Juan 2:1)
Al
dejar que su relación con el Espíritu Santo madure, descubrirá que esta será
tanto crítica, como progresiva. Es crítica, en el momento que usted apropia por
fe lo que El le ofrece. Y progresiva, en que, por fe, usted crece y madura en
su caminar controlado por el Espíritu. A menudo es fácil identificar a un
creyente que ha caminado en el Espíritu
por muchos años, por el fruto de ese Espíritu visible en su vida.
El
concepto de la “respiración espiritual” no es complejo, pero necesita ser
considerado en un contexto más amplio.
Quisiera
discutir cuatro cosas de nuestro caminar cristiano, en las cuales debemos tomar
algunas precauciones.
·
Debemos
estar seguros de que estamos llenos del Espíritu santo
·
Debemos
prepararnos para la batalla espiritual
·
Debemos
conocer nuestros derechos como hijos de Dios
·
Debemos
vivir por fe
Para
poder caminar en el Espíritu, primero debemos estar seguros de que estamos
llenos de El. En Efesios 5:18. Se nos dice. “No os embriaguéis con vino en lo
cual hay disolución, antes bien sed llenos del Espíritu” Ser lleno del Espíritu
Santo, es ser controlados y fortalecidos por el como un estilo de vida. Jesús
advirtió. “Ninguno puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amara
al otro, o estimara al uno y menospreciara al otro. No podéis servir a Dios y a
las riquezas” (Mt. 6:24)
Hay
un trono en cada corazón, el centro de control, y en el hay lugar para un solo
poder gobernante. La lucha dentro de nosotros es por ese trono, y el cristiano
que esta siendo gobernado por su ego ha quitado al Espíritu Santo del trono de
su vida.
Es
sumamente importante que recordemos el mandato y la promesa de Dios para
nosotros. El nos manda ser llenos del Espíritu, y promete que si pedimos
cualquier cosa de acuerdo a su voluntad,
El nos oirá y nos responderá
(1 Juan: 5:14-15)
Porque
El nos manda ser llenos de su Espíritu, podemos estar seguros de que estamos
pidiendo algo de acuerdo a la voluntad de Dios para nuestras vidas. Y cuando
oramos de acuerdo a su voluntad, El ha prometido responder a nuestra petición.
Por lo tanto podemos esperar que El nos llene de su poder, cuando deseamos
sinceramente rendir el control de nuestras vidas a El y cuando confiamos que
nos llenara de su Espíritu. Entonces, debemos seguir respirando
espiritualmente, exhalando al confesar, e inhalando al apropiar su perdón y
poder en nuestras vidas por fe.
¿Y
que acerca de las emociones en la experiencia de un creyente? Los sentimientos
agregan colorido y emoción y son una parte valiosa de la vida, pero son
extremadamente inconstantes y cambian hasta con el clima. Como cristianos
nosotros vivimos por fe, confiando en la fidelidad de Dios mismo y las promesas
de su palabra. Si dependemos de los sentimientos para tener la confirmación de
que El esta trabajando en nuestras vidas, nos ponemos en una situación
peligrosa y pronto estaremos desilusionados.
Compararemos
el proceso de confiar en Dios, y vivir la vida cristiana, a un tren antiguo. La
locomotora tiene la fuerza (los hechos), el combustible se encuentra en el
vagón (la fe), y al final se encuentra el furgón (los sentimientos) como una
gratificación. Pero si no están presentes, eso no significa que los hechos
hayan cambiado.
Rehúse
el buscar experiencias emocionales como prueba de la presencia del Espíritu
Santo. Si usted tiene hambre y sed sincera por la justicia de Dios, ha
confesado sus pecados y se ha rendido a Su control y a Su plenitud, puede estar
seguro de que, ¡UD está lleno del Espíritu Santo! Dios es fiel a sus
promesas.
Juan
14:21 nos recuerda que: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es
el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me
manifestaré a él.” El pasaje no dice “el que sienta amor por mi”, si no que
“el que guarda mis mandamientos”
Los
sentimientos generalmente siguen a las decisiones y acciones de nuestras vidas,
pero no necesitamos buscarlos o depender de ellos para que nos confirmen los
hechos. El buscar una experiencia emocional, es negar el concepto de la fe. Y
todo lo que no es de fe es pecado (Hebreos 11:6) Cuando confiamos en Dios El
honra nuestra fe y nos permite vivir con la seguridad de que El nos llena momento
a momento.
Segundo,
Como todo soldado preparado para la batalla, debemos estar listos para los
conflictos espirituales. Todos los que hemos escogidos estar vivos
espiritualmente y comprometidos con nuestro Señor, debemos esperar
resistencia del enemigo, y una de sus armas mas agudas es el sentimiento de
culpa. El nos aguijoneara y pinchara cuando menos lo esperamos, como con
ortigas dolorosas que hieren y se inflaman. El nos acusara de pecados que ya
han obtenido el perdón de Dios, y hará todo lo posible por destruir nuestra
seguridad en Cristo, porque el sabe que un soldado que duda, no sirve para nada
en la batalla.
Las
buenas noticias son que podemos protegernos del ataque del enemigo. Como
primera medida, no deje que Satanás meta sus flechas en el blanco, Siempre es
ms difícil darle a un blanco móvil.
Rehusé
entrar en introspecciones necesarias, que es uno de los trucos favoritos de
Satanás, Así, no regresara a áreas que ya han sido perdonadas y olvidadas por
nuestro Salvador.
Confiésele
a Dios solo lo que el Espíritu santo le ponga en el corazón: aquello que se
interpone entre usted y su plenitud completa que solo se da en un corazón
limpio. En 1 Ped 5:7-8 se nos insta a que le dejemos a Dios todas nuestras
preocupaciones y ansiedades porque El siempre esta pensando en nosotros y
viendo todo lo que nos pasa. Debemos de ser cuidadosos, alertas a los ataques
inevitables de satanás, el gran enemigo que ronda en el mundo como un león
astuto, listo para devorar a su siguiente victima. El es un ingenioso y
despiadado adversario que ataca sutil u obviamente, para derrotarnos y
destruirnos. Pero podemos tener confianza en que “Mayor es el que esta en
vosotros, que el que esta en el mundo” (1 Jn 4-4b)
satanás
fue derrotado hace dos mil años cuando Cristo murió en la cruz por nuestros
pecados. Ahora ¡La victoria es nuestra! No buscamos victoria en lo porvenir,
pero en lo pasado, en la cruz, donde el enemigo fue vencido de una vez y para
siempre. No debemos temerle a satanás, siempre y cuando estemos caminando en el
Espíritu y dependiendo de Cristo para nuestro poder y provisión.
La
tercera área que debemos cuidar, si vamos a caminar constantemente en el
Espíritu, es la de nuestros derechos como hijos de Dios, (Jn 1:12) Hemos
heredado una provisión inagotable de amor, poder, perdón y gracia de nuestro
Padre. Es nuestra responsabilidad aprender a usar esos recursos.
El
libro que declara todos nuestros recursos y derechos heredados. Es, por
supuesto, la Biblia. Como creyentes, necesitamos pasar tiempo leyendo,
estudiando, memorizando y meditando en la Palabra de Dios, para poder vivir de
una manera agradable a El. Los deseos de su corazón, para nosotros sus hijos
amados, están escondidos en las Escrituras. Estas joyas nos son reveladas por
el Espíritu Santo mismo, cuando las buscamos de verdad.
Por
ejemplo, cuando Cristo reside en nuestras vidas, nuestros cuerpos se convierten
en su templo. Jesús prometió Su poder especial para vivir vidas santas, y como
sus hijos, eso es algo que hemos heredado.
También
podemos ser testigos eficaces de El. Cuando su espíritu nos controla, estamos
llenos de amor por los que están perdidos, y al compartir la verdad con ellos.
El habla a través de nosotros.
Una
palabra de advertencia: Debemos tener cuidado de no considerar el estudio de la
Biblia, la oración y el testificar como “obras” que justifican nuestra posición
en Cristo, En verdad, son exactamente lo opuesto. Las obras que hacemos en el
nombre de nuestro Señor son resultados de vivir agradando al Salvador;
evidencia del compromiso de por vida, de se llenos del Espíritu Santo momento a
momento. Finalmente si hemos de caminar en el Espíritu, debemos vivir por fe.
Es triste ver el dolor de cristianos sinceros que fueron engañados por un
énfasis incorrecto en las emociones. Cuando expectativas irreales son impuestas
como prueba de Espíritu, no puede haber nada si no decepción más adelante
Agradézcale a Dios que su palabra no esta callada acerca del asunto de la fe.
Hebreos 11:6 nos dice: “Que sin fe es imposible agradar a Dios” Ga 3:11b “El
justo por la fe vivirá”
La
fe requiere que creamos cuando no es fácil hacerlo. Pero Dios nos ha dado una
cuerda de la cual podemos asirnos en tiempos difíciles. Romanos 8:28 nos
promete que: “ a los que aman a Dios todas las coas les ayudan a bien, esto es,
a los que conforme a sus propósitos son llamados”.
No
es fácil decir “Gracias Señor” cuando su corazón esta roto en pedazos pero es
una adición invaluable al caminar cristiano. El escritor Josehp Bayly, quien
perdió tres hijos en el transcurso de los años, dijo una vez que nunca había
sentido a Dios tan cerca, como en esos momentos al alearse de esas tumbas con
los restos de sus hijos. La alabanza y gratitud son regalos que expresan
nuestra confianza en Dios en medio de circunstancias abrumadoras, ¿Ha perdido a
alguien amado? ¿Ha dejado que el dolor y la enfermedad controlen su cuerpo? ¿Ha
recibido heridas que no se merecía? ¿Ha sufrido problemas financieros? ¿Ha
tratado de agradecerle a Dios aunque las cosas no tengan sentido? ¿Le ha dicho
que confía en El, aun y cuando la vida lo esta arrollando?
Si
creemos en Dios y sus promesas cuando todo a nuestro alrededor pareciera derrumbarse,
estamos reconociendo su Señorío y obedeciendo su mandato de confiar en El,
aunque no podamos ver al final del túnel. En 1 Ts 5:18 leemos: “Dad gracias
en todo, porque esto es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”
El nos promete recompensas cuando confiamos en El. El dijo que “todas las
cosas” nos ayudan a bien, y El respalda su palabra.
Pareciera
que solo un tonto estaría agradecido en tales circunstancias, pero si creemos
que la Palabra de Dios es verdad, necesitamos ejercitar nuestra voluntad y
darle gracias aunque no haya aparente razón para hacerlo. A través de los años
cristianos alrededor del mundo han aprendido lecciones gratas y valiosas, al
simplemente obedecer la Palabra de Dios y darle gracias cuando menos sentían
el deseo de hacerlo.
En
resumen, un cristiano querrá caminar en el Espíritu momento a momento, porque
Dios se lo ha mandado. Es la única manera de mantener a Cristo en el trono, y
en el control de nuestras vidas. Al someter nuestro ego y exaltar a Cristo (Ga
2:20) el resultado será un increíble crecimiento y una vida cristiana abundante.
AMEN