1. Ore pidiendo a
Dios Su ayuda. Usted
necesita la ayuda de Dios para entender lo que estudia en la
Biblia. Haga del Salmo 119:18 su oración: "Abre mis ojos, y miraré
las maravillas de tu ley."
2. Lea los pasajes de
la Escritura cuidadosamente en un lugar de quietud. Subraye las palabras
que más le impresionan. Recuerde que Dios le habla por medio de Su
Palabra.
3. Memorice los
versículos asignados. Lea cada versículo para memorizar con su referencia en
voz alta varias veces hasta que lo pueda decir sin mirar. Quizás quiera
escribir los versículos y referencias en una tarjeta, para que lo pueda llevar
consigo. Cada día dígalo en alta voz para que lo pueda recordar fácilmente.
Repítalo a algún amigo para que pueda corregir las faltas. O escriba el
versículo sin mirar y compárelo con el versículo para asegurar que cada palabra
esté bien.
Aun cuando usted sepa bien el
versículo repáselo una vez por semana por 7 semanas, y de allí en adelante una
vez al mes. Al guardar este "buen tesoro" en su corazón, su modo de
hablar y sus acciones serán distintos. Escoja también otros versículos para memorizar.
4. Medite sobre la
Palabra de Dios que ha leído, estudiado y memorizado. Dios tiene una
promesa especial para los que meditan en Su Palabra día y noche:
Nunca se apartará de
tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que
guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. —Josué 1:8
Sino que en la ley de
Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol
plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja
no cae; y todo lo que hace, prosperará. —Salmo 1:2, 3
5. Ponga en práctica
lo que Dios dice. Santiago
1:22 nos dice, "Pero sed hacedores de la palabra, y no tan
solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos." Dios comparó al hombre
que oye Sus palabras pero no las obedece, al hombre necio que edificó su casa
en la arena. Cuando la lluvia e inundaciones vinieron, la casa en la arena fue
destruida. Pero el hombre, mujer, o niño que oye las palabras de Jesús y las obedece
es como el hombre sabio, que edificó su casa sobre la roca. Cuando vinieron los
vientos, lluvias e inundaciones, su casa quedó firme porque estaba edificada
sobre la roca. Sólo cuando hacemos lo que Dios nos dice podemos crecer
espiritualmente y llegar a conocer a Dios en mejor forma. Escriba en un papel
cuáles son sus planes, y llévelos a cabo. Dios estará con usted y El le
ayudará.
6. Comparta la
Palabra de Dios con otras personas. Igualmente comparta lo que ha aprendido con los
de su familia.
Deuteronomio 6:7 dice: "Y
las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando
por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes."
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