jueves, 4 de octubre de 2012


Tocando Fondo. Ezequiel 4-5



El pueblo de Dios se volvió orgulloso, rebelde. Ezequiel 3: 7 “Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quiere oír a mí; porque toda la casa de Israel es dura de frente y obstinada de corazón.” Los seres humanos y sobre todo los cristianos cuando vivimos en bendición nos volvemos cómodos y pronto nos olvidamos de orar, de congregarnos es decir nos olvidamos de Dios.
 Para llamar la atención de su gente el permitiría que el pueblo fuera acorralado. Sitiado y  pronto  empezaría a sentir escases. 5: 16-17 “Me dijo luego: Hijo de hombre, he aquí quebrantaré el sustento del pan en Jerusalén; y comerán el pan por peso y con angustia, y beberán el agua por medida y con espanto,  4:17 para que al faltarles el pan y el agua, se miren unos a otros con espanto, y se consuman en su maldad.
Cuando la escases es material nos preocupamos; si usted escucha en las noticias que no va a ver agua por unos dos meses ¿qué aria? Lo más seguro es que buscamos todas la vasijas posibles para almacenar tal precioso liquido ¿verdad? Sabemos que la palabra de Dios se está escaseando, no porque no haya biblias sino porque cada vez son menos los pastores que la predican de principio a fin, prefieren tomar cosas livianas solo versículos motivadores, para sacar según ellos grandes conferencias. Amos 8: 11-12 “He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová.  8:12 E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán.
Dios obraría como todo padre responsable, la responsabilidad de un padre no está en darle a sus hijos todo gusto, también es necesario hacerles entender que las cosas cuestan delegándoles pequeñas responsabilidades en el hogar.
El pueblo había tocado fondo y tendría que vivir en la inmundicia. Ezequiel 4: 12-13 “Y comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza; y lo cocerás a vista de ellos al fuego de excremento humano.  4:13 Y dijo Jehová: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo, entre las naciones a donde los arrojaré yo.
Por ser Ezequiel un sirvo fiel Dios no le permitiría vivir la misma inmundicia, pero se vería afectado de la incomodidad. 4: 15 “Y me respondió: He aquí te permito usar estiércol de bueyes en lugar de excremento humano para cocer tu pan.
Pronto llegaría la destrucción para el pueblo. 4: 17 “Enviaré, pues, sobre vosotros hambre, y bestias feroces que te destruyan; y pestilencia y sangre pasarán por en medio de ti, y enviaré sobre ti espada. Yo Jehová he hablado.
Como ésta, encontramos varias historias en la Biblia, de donde aprendemos que el corazón del hombre se levanta y sube hacia Dios, solamente cuando está caído, cuando ha tocado fondo. - Cuando no le resta esperanza humana, cuando el hombre conoce y reconoce que es desvalido, y no le queda de donde agarrarse, porque todas las vigas para sostenerse crujen y se rompen... entonces, Dios se levanta en medio del camino, como la única columna de seguridad, extiende sus brazos y se transforma en un regazo y refugio para acoger, consolar y animar al caído.
 No hay otro camino para entender que Dios es el único que todo lo puede: hay que comenzar por experimentar que uno sólito no puede. - Cuando el hombre vive sin problemas, con prestigio, éxito, fuerza, poder, juventud, dinero, belleza... va pisando sus propios territorios y es difícil que no acabe sintiéndose un "pequeño dios".
Sólo cuando el hombre acepta que es débil y se presenta a Dios como un niño, como un pobre, sólo entonces puede abrazarse a Dios. - Algunas, por no decir gran parte de las TRANSFORMACIONES de las personas que uno ha podido conocer en la vida, se han dado después de que han sufrido un desastre personal, después que han tenido una gran caída. Pequeñez y la debilidad de uno por un lado, y el gran amor que Dios nos da gratis y la riqueza suya por el otro, brota desde el corazón del pobre ese sentimiento, mezcla de fe y seguridad, al que llamamos CONFIANZA. - Solo entonces, es cuando uno puede decir de corazón: "El Señor es mi luz y mi salvación, ¿A quién temeré?" (Sal 27)
CAMBIAR TU ACTITUD
El libertador es Dios. Recuerda que la liberación no se da mágicamente, sino porque Dios te ama tanto y te cuida y protege. - Todo lo que hemos reflexionado, no significa que Dios te vaya a resolver todo rápidamente o de la manera que tú quieres que lo resuelva. Recuerda que Dios escoge sus caminos y sus momentos, pero todo lo que Él permita será siempre para tu bien, no tú bien de hoy, sino tú bien eterno, o sea tu salvación.
 También recuerda que el ponerte en manos de Dios no significa que no debas hacer todo lo que tú puedas para resolver tus dificultades, para arreglar tus cosas. Más bien el liberarte, significa cambiar la respuesta ante las dificultades, CAMBIAR TU ACTITUD DE VIDA cuando tienes problemas, como todo el mundo los tiene.
- Recuerda, el Padre no permitirá que quien se acoge a Él sea herido, ni a nadie le da una carga mayor a la que puede cargar con su gracia.
Jesucristo quiere que salgas de ese fondo en el que te encuentras, pero eso depende de ti. El está con la mano extendida, tú decides si la tomas o sigues luchando en tus fuerzas.