sábado, 11 de mayo de 2013

LA VOLUNTAD DE DIOS.

Isaías 53:10
Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

Definición de la voluntad de dios. En general la Biblia se refiere a la voluntad de Dios en tres sentidos.

1)   En algunos pasajes la voluntad de Dios es otra manera de decir la ley de Dios por Ej. David compara la frase “tu ley” con “tu voluntad” en el Salmo 40:8.
El Apóstol Pablo considera que conocer la ley de Dios es sinónimo de conocer la voluntad de Dios Romanos 2:17.18, en otras palabras, ya que en su ley Dios da instrucciones acerca de la manera como el quiere que anden los seres humanos, la ley pudiera llamarse propiamente la voluntad de Dios.
Ley significa fundamentalmente instrucción y abarca toda la palabra de Dios.

2)   También se emplea la frase la voluntad de Dios para denominar cualquier cosa que Dios desea expresamente. A eso se le podría llamar propiamente la perfecta voluntad de Dios por Ej. Es la voluntad revelada de Dios que todos se salven (1 Ti 2:4; 2 Pe 2:9) y que ningún creyente salvado caiga de la Gracia (Jn 6:39) esto no quiere decir que todo el mundo sea salvo, si no solo que Dios desea la salvación de todo el mundo.

3)   Por ultimo, la voluntad de Dios puede referirse a lo que Dios permite que ocurra, aun cuando el no desea específicamente que suceda,
A eso se le pudiera llamar propiamente la voluntad permisiva de Dios. En realidad mucho de lo que sucede en el mundo es contrario a la perfecta voluntad de Dios. Pecado, codicia, violencia, odio e impenitencia (perseverancia en el pecado Y falta de arrepentimiento), pero el permite que la maldad continúe por ahora (Efesios 1:11) por Ej. El llamamiento de Jonás para que fuera a Nínive era parte de la perfecta voluntad de Dios, pero su viaje en la dirección contraria estaba dentro de su voluntad permisiva (Jon 1).
Además, Dios permite la decisión de muchas personas de permanecer sin ser salvas y así perderse por toda la eternidad, ya que El no impone la fe salvadora a los que se niegan a aceptar la Salvación de su Hijo.
De igual manera, Dios permita muchos padecimientos y tribulaciones que le sobrevienen a una persona en la vida (1 Pe 3:17; 4:19), pero no son necesariamente su deseo o voluntad final para esa persona (1Jn 5:19).


Respuesta a la voluntad de Dios.

La enseñanza de la Biblia sobre la voluntad de Dios expresa más que una simple doctrina; se cruza en la vida de los creyentes de manera diaria.

1)   En Primer lugar, se debe aprender lo que es la voluntad de Dios, es decir, su perfecta voluntad como se revela en las escrituras (incluso su ley). Por cuanto “los días son malos”, se debe entender cual es “la voluntad del Señor” (Ef. 5:16,17).

2)   Una vez que los creyentes conocen la voluntad revelada de Dios en cuanto a como El desea que vivan, deben comprometerse a hacer su voluntad. El salmista, por ejemplo, le pide a Dios que le enseñe a hacer su voluntad (Sal 143:10). La petición paralela, que Dios “me guie por un terreno sin obstáculos” indica que está esencialmente pidiéndole a Dios la capacidad para llevar una vida recta.
Asimismo Pablo espera que los creyentes tesalonicenses sigan la voluntad de Dios al abstenerse de fornicación y al vivir en santificación y honor (1Tes 4:3,4).
En otro pasaje el pide que los cristianos sean llenos del conocimiento de la voluntad de Dios, a fin de que ellos anden “de manera digna del Señor, agradándole en todo, esto implica dar fruto en toda buena obra” (Col 1:9,10).

3)   A los creyentes se les exhorta a que pidan que se haga la voluntad de Dios (Mt 6:10; 26:42; Lc. 11:2; Ro 15:30-32; Stg. 4:13-15): deben desear sinceramente la perfecta voluntad de Dios y tener el propósito de cumplirla en su propia vida y en la vida de su familia (Mt 6:10). Si esta es la oración y el compromiso del creyente, entonces puede estar seguro de que su presente y futuro están en el cuidado protector del padre celestial (Hch 18:21; 1Co 4:19; 16:7).
Sin embargo, si en la vida del creyente hay pecado deliberado y rebeldía contra la palabra de Dios no responderá sus oraciones. No puede esperar que la voluntad de Dios se haga en la tierra como en el cielo a menos que procure hacer la voluntad de El en su propia vida.

4)   Por ultimo, no se debe usar la voluntad de Dios como una excusa para la pasividad o la irresponsabilidad con respecto a su llamado a combatir el pecado, la maldad y la tibieza espiritual.
Es satanás no Dios, la causa de este siglo malo con su crueldad, maldad e injusticia (1Jn 5:19) y es satanás el causante de tanto dolor y sufrimiento en el mundo (Job 1:6-12; 2:1-6; Lc. 13:16; 2Co 12:7).
Así como Jesucristo vino para destruir las obras del diablo (1Jn 3:8), también es la voluntad explicita de Dios que los creyentes libren la guerra contra esas huestes espirituales de maldad por medio del Espíritu Santo (Ef. 6:10-20; 1Ts 5:8)