miércoles, 23 de enero de 2013

CAPACITACIÓN BASADA EN LA IGLESIA LOCAL Por Daniel Sherman.


I. ALGUNOS PROBLEMAS HISTÓRICOS DE LA IGLESIA EVANGÉLICA.

Si la Iglesia local va a preparar obreros con visión misionera, todo tiene que comenzar con lideres que ponen el ejemplo para los de su congregación.

A. uno de los problemas principales que amenaza a la Iglesia evangélica hoy es un liderazgo que sabe mucho, pero no lo sabe aplicar a la vida diaria. No es suficiente explicar a la congregación lo que la Biblia dice…los lideres necesitan vivirlo delante de su congregación como un estilo de vida, y luego invitar a ellos a unirse en equipo y vivirlo también. Pablo no dijo, Haz lo que digo, no lo que yo hago. El declaro, “Por tanto, os ruego que me imitéis “(I Corintios 4:16). Hebreos 13:7 dice, “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cual haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.” Desafortunadamente, muchas veces los líderes explican claramente lo que la congregación debe hacer, pero no demuestran como  hacerlo con su propia vida.

B. Un segundo problema ha sido que el liderazgo en la Iglesia tiende a hacer la obra de ministerio por su congregación, en vez de capacitar a la congregación para que cada uno lo lleve a cabo, colaborando todos juntos en forma de equipo. Efesios 4:11-12 dice claramente que Dios ha escogido a algunos para capacitar a los demás, para que todos juntos hagan la obra de ministerio. La Iglesia evangélica ha creado un clero profesional exclusivo, gracias a un sistema de educación teológica basado en el sistema de educación secular. Es interesante que Jesús no vio con urgencia ayudar a sus discípulos a sacar títulos o a establecer un instituto bíblico…pero si considero con urgencia lo siguiente.

Vivir un principio bíblico.
          Enseñar el principio claramente
                    Demostrar como aplicar el principio
                              Involucrar a ellos a vivir el principio
                                        Animarlos a seguir viviéndolo
                                                  Ayudarles a reproducir todo eso en otros.

C. Otro problema ha sido que los líderes han puesto mucho énfasis en tener muchas actividades en la Iglesia, en vez de poner énfasis en ayudar a cada individuo a caminar en comunión diaria con Dios. Ser cristiano para muchos significa involucrarse en las actividades de la Iglesia. Es una mentalidad de religiosidad, en vez de fomentar una relación personal y dinámica con el Señor Jesucristo. Somos como Marta, afanándonos para hacer cosas por la causa de Cristo, en vez de sentarnos a los pies de Jesús como María y gozar de su presencia (Lucas 10:38-42). Hemos creado tantas actividades en las Iglesias que la gente no tiene tiempo para disfrutar de una relación intima y personal con Dios, ni con la familia, ni con los de la congregación. Las actividades han llegado a ser más importantes que las personas.

D. Un cuarto Problema es que la Iglesia ha desarrollado una tendencia de escoger a su liderazgo a base de títulos, conocimientos y habilidades. Los pasajes que explican como seleccionar el liderazgo para la Iglesia ponen el énfasis en el carácter del candidato (Tito 1 y I Timoteo 3). Seguramente hay muchos que han asumido una posición de liderazgo espiritual sin tener el carácter señalado por la Biblia. ¡Con razón hay tantas divisiones y discordias entre nosotros! El líder debe llegar a ser líder porque vive como líder.

II LA CAPACITACIÓN BASADA EN LA IGLESIA LOCAL
Entonces, ¿cómo es que la Iglesia local puede capacitar a los suyos para llevar a cabo la obra de ministerio? Tendra que tener una idea general de lo que quiere lograr. Lo que sigue son principios desarrollados por los navegantes, adaptados a las necesidades de la Iglesia local.

A. Evangelizar     (produce nuevos convertidos)
B. Establecer       (produce discípulos básicos)
C. Equipar            (Produce discípulos que ministran)
D. Desarrollar     (produce nuevo liderazgo)
E. Enviar              (produce nuevas Iglesias)
F. Multiplicar      (reproduce todo el proceso)

Si cualquiera de estos principios no existe en la vida de una Iglesia local, la Iglesia no podrá llevar a cabo efectivamente la tarea de “ir y hacer discípulos a todas las naciones”

El plan de ministerio que usas debe ser:
Bíblico – Si no es totalmente basado en la Biblia, ¿Qué estas haciendo?
Realístico – Si tú no lo has hecho personalmente ¿Cómo vas a enseñarlo a ellos?
Reproducible – Si la gente local no puede reproducirlo sin ayuda de afuera, ¿porque quieres hacerlo?

Este taller fue preparado para el primer congreso nacional de misiones (1999) Tegucigalpa, Honduras.

lunes, 7 de enero de 2013

¿Cuál debe ser la misión principal que debe definir a la iglesia local? ¿Debe ser una escuela, un centro de adoración, o un centro evangelístico?


Respuestas de diversos pastores y líderes:
Pastor Edwin Gonzales

La “Gran Comisión” de Mt 28:18-20 define cuál es la “misión principal de la iglesia”: “Id por el mundo (o mientras van por el mundo), haced (o haciendo) discípulos de todas las naciones,bautizándolos y enseñándoles a que guarden todas las cosas que yo os he mandado”. La promesa de la presencia de Cristo “hasta el fin del mundo” implica que la misión no fue sólo asignada a los reunidos durante la Ascensión del Señor, sino a los discípulos de todas las naciones y generaciones; ésos por quienes Cristo oró en Juan 17:20 que “han de creer en mí por la palabra de ellos”

De acuerdo a I Tim 3:15-16 Pablo escribió esta carta para dejar instrucciones a Timoteo sobre cómo “conducirse en la iglesia”. Tanto en esa epístola cómo en la segunda, el énfasis abrumador del apóstol es que Timoteo se dedicara a la instrucción, lectura pública, predicación,exhortación, enseñanza y aplicación de la Palabra de Dios en la iglesia

A Tito, dejado en Creta para afianzar a los discípulos en las iglesias de Creta, Pablo le instruyó sobre cómo enseñar la Palabra en diferentes contextos y a diferentes grupos en la iglesia

A las iglesias de Galacia, Pablo apeló como quien “sufre dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros” Ga 4:19. A los Corintios, les recriminó que se hubieran desviado de la “simpleza de la devoción a Cristo” 2 Co 11:3. En fin, el Nuevo Testamento es un tratado de instrucción y enseñanza a discípulos que se reunían como iglesias locales en sus comunidades. Estos discípulos, son aquéllos a quienes Dios eligió, llamó, y por quienes envió a Su Hijo al mundo

La misión de la iglesia local es hacer la Obra del Evangelio definida por la Gran Comisión y ejemplificada en el Nuevo Testamente a saber, HACER, BAUTIZAR, ENSEñAR Y REPRODUCIR discípulos hasta que Cristo vuelva por ellos. Como lo esbozan Colin Marshall y Tony Payne en su libro “The Trellis and The Vine”, los discípulos son la vid (los discípulos de Cristo), y todo lo demás (ministerios, música, actividades y programas), son sólo la verja que se coloca o remueve en favor del crecimiento de la vid.

La iglesia militante definida en la Escritura como los discípulos de Cristo en la tierra asociados en una asamblea local, no es una escuela, ni un centro de evangelismo, ni un centro de adoración sino el cuerpo de Cristo, el Templo del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad Rom 12:5-8, I Co 12:12-13, Ef 5:17, 2 Co 3:16, I Tim 3:15-16

La iglesia es un fin en si misma, y no un medio o una herramienta para lograr algo. La iglesia es el cuerpo de Cristo, aquéllos por quienes El murió, el Pueblo del Pacto, el cumplimiento de la promesa del Padre al Hijo descrita en el Salmo 2: “pídeme y te daré los fines de la tierra por herencia”. Por tanto la misión de la iglesia es buscar a los adorares que el Padre busca que le adoren Juan 4:23-24, “hacer discípulos”, a quienes hay que enseñar a que guarden todas las cosas que Cristo ha mandado en Su Palabra, lo cual incluye buscar y hacer nuevos discípulos

Por lo tanto las reuniones, actividades, metas, programas y visión-misión de la iglesia deben estar alineados a la lectura, enseñanza, exhortación, instrucción y propagación de la Palabra de Dios la cual tal y como se exhorta en Col 3:16 “debe morar en abundancia en nuestros corazones”, de tal manera que hasta en nuestros cánticos, Psalmos e himnos espirituales, haya exhortación, instrucción, amonestación y enseñanza, mientras alabamos y adoramos a Dios el Padre, en el Poder del Espíritu, por medio de Jesucristo

Por supuesto que habrán muchas actividades relacionadas con la iglesia, adoración, evangelismo, programas, etc., pero si éstos no se alinean con la misión de hacer, entrenar y reproducir adoradores de Dios y discípulos de Cristo, las mismas se alejarán de la Gran Comisión de Mateo 28:18-20 la cual es la verdadera misión de la iglesia
Daniel Hurtado

La MISIÓN PRINCIPAL que define a la iglesia local en este mundo es la de ser testigos de la persona y de la obra del Señor Jesucristo. Se puede evidenciar el plan y propósito de Dios desde los albores de la humanidad en cuanto a su intención de salvar al género humano. (Gn. 3:15; Gn. 12:1-3; Gn. 26:4; Gn. 28:14; Sal 2:8; Is. 42:6, 49:6 , 2 Co. 5:19; Mt. 4:15-17; Ap. 5: 9, etc.).

El mismo Señor dijo ser la luz de mundo (Jn. 8:12) y endosó esta responsabilidad a la iglesia (Mt. 5:14). Todo su ministerio fue enfocado a salvar a los perdidos, aun sus propias enseñanzas revelaban el interés de su corazón (Lc. 15). La famosa Gran Comisión pone en el tapete la mayor carga que embargaba el corazón del Maestro antes de ascender a los cielos (Mt. 28:18-20; Mr. 16:15,16); Lc. 24:47,48; Jn. 20:21; Hch. 1.8).

Pablo, destaca y felicita la excelente labor evangelística y misionera de la iglesia de Tesalónica, de como habían llevado el evangelio a Macedonia y Acaya. (1 Tes. 1:8).

Pedro, luego de hablar en su primera carta de Jesucristo como la piedra principal y de nosotros como piedras vivas, dice que somos un pueblo y una nación “llamados a anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pe. 2.9).

En el libro de Apocalipsis Dios usa al “candelero” como símil de la iglesia, para destacar su función principal: ILUMINAR (Ap. 1:20).

La iglesia lleva adelante el plan maestro diseñado por el creador, compartiendo el evangelio y dándoles a los hombres la oportunidad de responder a la oferta de salvación y de ser discípulos de Cristo.
Tony Segar

Bien lo establece la Confesión de fe de Westminster cuando responde al propósito de la vida del hombre diciendo: conocer a Dios y glorificarle por siempre.

Desde la eternidad el blanco de Dios fue elegir a un pueblo propio para que fuese “para alabanza de su gloria…” (Ef. 1.12). De ahí que la adoración fue estampada en la creación cuando Dios circunscribió al hombre a un horario de 6 días de trabajo y uno de reposo el cual, según se explica en Éxodo 20, es un día santificado: de santa convocación.

El llamado de Dios a su pueblo Israel fue un reclutamiento al sacerdocio “Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa…” (Ex 19.6).

La enseñanza Novo testamentaria no cambia sino confirma esta prioridad cuando Jesús en respuesta a la pregunta de la mujer samaritana responde “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. (Jn 4.23).

Los muros de la iglesia mismos atestiguan acerca de la adoración pues no sol los muros de una escuela o carpa evangelista sino de un templo en donde Dios habita y en done tenemos acceso a Él para ofrecer, según Pedro, sacrificios espirituales como sacerdotes de Dios. IPed. 2:5

Finalmente, cuando miramos dentro del cielo a través de la ventana del Apocalipsis, vemos a los santos dedicados primordialmente a la adoración Apoca. 4.

No obstante la iglesia en la tierra no puede enclaustrarse en la adoración únicamente. Debe de salir a reclutar adoradores por medio de la gran comisión a todas las naciones. Aquellos que se convierten no solo son creyentes sino testigos de Cristo además.

La iglesia asimismo debe de cumplir lo que algunos han nombrado “la gran omisión, es decir, la segunda parte de la gran comisión: “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado…” (Mt 28.20).

Aún en estas otras dos actividades la adoración continúa como el epicentro. Pablo reviste su evangelismo en términos de adoración al decir “para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo (Ro 15.16). Asimismo la totalidad de nuestra obediencia es enmarcada en términos de adoración como Pablo lo hace antes de comenzar con las exhortaciones practicas en la epístola de Romanos “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” (Ro 12.1–2).

En resumen la iglesia adora, evangeliza, aprende y madura todo esto debe realizarse en términos doxológicos. Dios escribió el libro de nuestra salvación nosotros hemos firmado nuestras vidas en dedicatoria.